martes, 24 de diciembre de 2013

Merry Swinging Christmas, by Dean Martin and Frank Sinatra


Era habitual en este blog, al llegar la navidad, acompañar los días con villancicos cantados por Sinatra. Para consultar todas las canciones navideñas que hemos ido publicando otros años pueden pulsar la etiqueta Christmas songs Para este año, he preparado algo diferente. Dean Martin y Frank Sinatra, junto a su familia, prepararon un programa especial de navidad para televisión. Aunque repasaron los clásicos navideños también dejaron espacio para el swing y sus canciones de siempre. Aquí hay dos muestras de aquel programa. Espero que con el swing de Martin y Sinatra tengan unas felices fiestas.




Y NO ABUSEN DE LA COMIDA ESTAS FIESTAS!!!!

sábado, 14 de diciembre de 2013

Alegoría en el PJ Clarke's (El bar neoyorquino favorito de Frank Sinatra)

Así sería el PJ Clarke's si lo hubiera pintado Edward Hopper.


En una sucesión de blancos, negros y una inmensa gama de grises, camina pálida, como con una ausencia de mar cosida a su estampa, llegando de algún río, ciudad adentro. Podría ser una persona que arrastra un vacío irreparable, pero este atardecer de contrachapado, es la luna, la que ya asoma su cabeza entre la 55 y la 56, en ese espacio con tintes de irrealidad que en Nueva York separa el East river del Hudson, esa lagartija de asfalto entre ríos, esa utopía humana que se levanta como un mito y que en esta ciudad, irremediablemente, se mimetiza con el cine, inseparablemente, se celuloidifica. Y bajo esa luna de asfalto que, aunque parezca distinta es la misma que ilumina Wisconsin, un hombre está detenido en la esquina del Pj Clarke’s, en la 55 con la Tercera Avenida. A su izquierda y en la lejanía, la proa del Flatiron queda desdibujada bajo el ala de su sombrero, igual que un barco hacia un sueño inatrapable. A la derecha se alarga el asfalto, como si no tuviera límite y al frente, todo acaba en el río y Central Park solo se expande como una parada idílica, previa al final del recorrido. Para ralentizar este anochecer la mejor opción será entrar y tomar un trago, piensa el hombre. La fachada del Clarke’s sigue teniendo su característico ladrillo rojo y con esa entrada estilo inglés, que le da un aire europeo y elegante, parece sostener, él solito, el inmenso rascacielos encastrado, que le añadieron a finales de los años sesenta, como un insulto. Ni siquiera la especulación inmobiliaria consiguió cerrar sus puertas.  Pj resiste, incluso al avance de los tiempos.
Se abre la puerta. Nuestro hombre reconoce cada una de las mesas, la madera gastada de la barra y el sonido del piano que tantas veces acompañó sus noches de juerga en aquel local. Tras la barra está uno de los últimos camareros que conoció, el amigo Joe, todavía más enjuto que en su juventud, con el pelo blanco y un rostro con los huesos tan marcados que una sonrisa en él parece algo imposible. Alegre  por encontrar a un conocido, el hombre toma asiento en la barra del bar.  ¿Qué tal, Joe?

-          ¡Cuánto tiempo, señor! He tardado un instante en reconocerle pero, vaya, ¡qué acontecimiento! -Joe, todavía sorprendido por la inesperada visita, estrecha la mano del viejo cliente. Tras el saludo, continúa secando los vasos-
-          Sí, amigo, ha llovido mucho. Pero en el Pj Clarke’s nada ha cambiado.
-          Bueno, nos han quitado un par de pisos los de la constructora del edificio, ¿recuerda?
-          Sí, pero de esto hace ya muchos años. Lo que quiero decir es que el Pj es parte de la historia viva de la ciudad. Y como tal, hay que respetarlo.
-          ¿Respeto? En estos tiempos…
El hombre interrumpe a Joe y haciendo memoria, recuerda la historia del emblemático local.
-          Allá por 1868 abrió por primera vez sus puertas, como cantina para los trabajadores de las factorías y los mataderos del barrio. En 1912 el local pasó a manos de un irlandés llamado Patrick Joseph Clark y este, además de bautizarlo, lo convirtió en un local clandestino durante la Prohibición. En 1948 pasó a manos de mis paisanos, los Lavezzo y decidieron mantener el local igual que lo tenía Clarke. En esa época fue cuando yo empecé a venir.  -Mientras hablaba, los ojos de aquel hombre no miraban a Joe. Se perdían en el vidrio de las botellas. Tomó un respiro en sus recuerdos. Se despojó del sombrero, desabrochó su gabardina y suspiró-  Bueno, perdona, no quiero aburrirte con historias que , probablemente, tú conoces mejor que yo. Así que, ponme un trago, Joe.
-          ¿Lo de siempre?
-          Alexander’s
A Joe siempre le había sorprendido que la bebida preferida para aquel hombre fuera el Alexander’s, pues tenía fama de empedernido bebedor de Jack Daniel’s por otros garitos. Pero en el Pj Clarke’s siempre pedía este cóctel. Joe echó en el mezclador la ginebra y el licor de cacao, incoloro por supuesto. Le dio unas sacudidas. Una vez servido en al copa, añadió la nata. Era el cóctel estrella del local y él lo sabía. Por eso lo preparaba siempre cuidadosamente, con gran esmero.
-          Su trago, Mr…
-          ¡Sssshhhh, cállate, coño! ¿No ves que vengo de incógnito? –interrumpió el hombre-
-          Lo siento…
La disculpa del camarero no fue escuchada. Coincidió con el primer trago de Alexander’s que aquel hombre ingería.

-          Tan estupendo como siempre, Joe
-          ¡Gracias! Ya sabe, el cóctel estrella.
-          Cuántos buenos ratos hemos pasado aquí. Imagino que sigue siendo el mejor local de hamburguesas de todo Nueva York.
-          …y los aros de cebolla , señor…
-          Bueno, eso es más novedoso. Lo que a mí me gustaba de verdad era pedir la hamburguesa gigante y la guarnición de patatas. Quiero decir, las veces que venía a cenar, que eran las menos. Porque normalmente y tú lo sabes bien, veníamos a beber. Yo fui el dueño de la mesa 20 Era mi local favorito. ¿Y los baños? ¡Era imposible no acertar en los urinarios! Apuesto a que eran los más grandes del mundo. A este local venía con Liza y con Richard Harris… Joder, el tío, ¡se cascaba seis vodkas dobles sin pestañear! Otras veces vine con Nat, otras con Lamotta. ¡Venía gente importante por aquí!
-          Últimamente, esa costumbre no ha cambiado, señor. Actualmente suelen venir Johnny Deep, Keith Richards…
-          Pero ¿de qué demonios estás hablando? Yo me refiero a la Historia de esta ciudad, con mayúsculas, chico, con mayúsculas. A ver, en una de estas mesas…probablemente aquella de ahí (dijo, mientras escrutaba el local con su mirada) Johnny Mercer, hijo, ¡el gran Johnny Mercer!, compuso las primeras notas y los primeros versos de una canción que además lleva tu nombre…
-          ¿One for my baby?
-          …and one more for the road…¡exacto! Eso sí que es historia. Estamos hablando de que el escritor Charles Jackson se basó en el Pj Clarke’s para su novela The lost weekend, que Billy Wilder llevó al cine, posteriormente. Que Buddy Holy tuvo aquí su primera cita, con su primera novia. Que los Kennedy…¿sabes?, aquellos irlandeses que manejaron el país... pues bien, los Kennedy traían aquí a sus chavales a comer hamburguesas. Bueno y yo les acompañé en cierta ocasión.
-          Yo no comprendo para qué te metiste en política.
-          Ni yo, hijo, ni yo… Creo que no tenía bastante. A mí no me bastaba con el éxito, con el reconocimiento de mi música. Quería algo más. Y a veces, la ambición nos lleva a cometer ciertos errores.
-          ¿Quién mató a Kennedy?
-          ¡Yo qué sé, cojones! ¿Por qué me lo tienes que preguntar? No vuelvas a hacerme esa pregunta o verás el Alexander’s por encima de tu cabeza. A ver, piensa un poco. ¿De dónde vengo?
-          Ya veo…
-          Bueno, ¿y  qué acontecimiento ha ocurrido por aquí en los últimos años, digno de mención, Joe?
-          Bueno, desde 1988 servimos la Brooklyn Lager, aquella cerveza que aprendió a fabricar un periodista durante su estancia en Arabia Saudí
-          Tiene gracia. Sería como la Ley Seca, de nuevo. En Arabia Saudí estaba prohibido el alcohol. Debió de fabricarla escondido en su casa…
-          Y poco más, señor. Al anochecer el bar se me llena de oficinistas que han acabado su jornada.
-          Ya veo, lo que antes eran actores y compositores, ahora son oficinistas. Bueno, c’est la vie. Pues me voy, antes de que lleguen los oficinistas y me reconozcan

Justo en ese instante, mientras el señor terminaba de hablar, entró en el local un parroquiano llamado Banjo Sam y se sentó en la barra, junto a nuestro hombre. Al ver su cara, los ojos de Banjo se abrieron como platos y su boca, como un buzón de correos. El hombre pagó a Joe su Alexander’s y abandonó rápidamente el local, antes de que fuera demasiado tarde y aquel cliente recién llegado descifrara su nombre. Tartamudeando, Banjo se dirigió al camarero:
-          Joe, tío, ¿desde cuándo viene Lucifer a este bar?
-          Bah, no digas tonterías, hombre. No era el diablo.
-          Pero olía a azufre y esa mirada…
-          ¡Cállate! Y te voy a pedir un favor, no cuentes a nadie esto que te voy a revelar. Mira, desde hace algún tiempo, Frank Sinatra abandona el infierno para tomarse unos tragos aquí. ¿Lo comprendes ahora? Anda, echa unas monedas en la jukebox, pon algo tranquilo y triste. Y bebe.

Las primeras notas de One for my baby, cantada por Sinatra, invadieron el local. El hombre regresó al infierno.

THE END


Esta alegoría-relato sobre el PJ Clarke's está basada en la historia de uno de los locales más representativos en la vida nocturna de Nueva York.


martes, 5 de noviembre de 2013

Hollywood Palace: Frank Sinatra with The Count Basie Orchestra (Programa completo del 16 octubre 1965)

Sesión de grabación de Frank Sinatra con Count Basie
En cierta momento tuve la ocasión de subir al blog algunos videos de Frank Sinatra junto a la orquesta de Count Basie, donde también militaba un joven Quincy Jones. Ahora tenemos la oportunidad de visionar el programa entero grabado el 16 de octubre de 1965 para Hollywood Palace. En él Sinatra canta I've got the world on a string, Fly me to the moon, Everybody has a right to be wrong, Please be kind, The gal that got away y Too mavelous for words. La orquesta de Count Basie interpreta en solitario el clásico Summertime. Además, como parte del show, actua el coreógrafo Peter Gennaro con el tema de Tom Jones What's new Pussycat?, Jack E. Leonard se encarga de la parte cómica del show y hasta tenemos un espectáculo de acrobacia circense. Vamos, que lo que merece la pena de verdad es la actuación de Sinatra y la banda de Basie. Lo demás podría sobrar perfectamente. De hecho, deberían adelantarlo y pasar directamente a la música. Aviso que Sinatra abre el espectáculo con I've got the world on a string pero no vuelve a cantar hasta el minuto 39:30 del programita en cuestión. Pueden ver solo esto. Desde luego Frank Sinatra ofrece aquí el mejor swing de su carrera. Disfruten del show.


sábado, 26 de octubre de 2013

Frank Sinatra canta per voi (May 27, 1953)

Frank Sinatra Live at the Sands, 1953
En los archivos del Instituto Luce di Cinecittà, se encuentra registrada videográficamente la visita de Frank Sinatra a Italia, el 27 de mayo de 1953, para grabar en los estudios de la RAI las canciones September song y Night and day en directo, tras la presentación de Guido Notari. Sinatra recibe en los estudios la visita del equipo de baseball de Roma y a la escuadra de marinería de Italia. Se trata de un raro documento videográfico que está al acceso gracias al Instituo Luce de Cinecittà: http://www.cinecittaluce.it/ ( http://www.archivioluce.com/archivio/) Segidamente, un resumen de aquella visita.





Y para finalizar, ya que hemos visto cortada e incompleta la canción September song en el anterior video, vamos con un medley de 1975 en el que Frank Sinatra canta "canciones otoñales y septembrinas":

lunes, 21 de octubre de 2013

STARGAZER! Frank Sinatra -vs- Sam Butera: Frank Sinatra mantiene un duelo con el saxo solista (1975)


En 1975 Frank Sinatra participó en un Telethon televisivo solidario, que era presentado por Jerry Lewis. En él estrenó una canción compuesta por Neil Diamond titulada Stargazer Lo curioso de esta canción es que Sinatra la grabaría un año más tarde, en 1976, para publicarla en un single cuya cara B era la canción The best I ever had, tema compuesto por Danny Hice y Ruby Hice que sería, a la postre, la que daría el título a este nuevo sencillo del sello Reprise. Ambas canciones del single fueron grabadas con la orquesta de Billy May y los arreglos de Don Costa. Lo interesante es que estas dos canciones se quedaron ahí, en ese single y no fueron incluídas en ningún disco posterior del cantante. Y he traído hasta aquí el video de Stargazer porque es una canción que Sinatra convierte en un swing espectacular, más particularmente en los momentos finales del tema en el que Frank se arranca en un duelo contra el saxo solista, Sam Butera. Momentazo Sinatra totalmente nuevo para este blog:


Stargazer -1975 MDA Telethon - por Franklyjoy22

Y qué decir de The best I ever had. Pues que es un tema muy desconocido en la discografía de Sinatra pero que es una canción trepidante, muy alegre y provista del mejor swing marca de la casa. Suena así de bien:

Este era el single titulado The best I ever had. Por la otra cara, Stargazer

viernes, 18 de octubre de 2013

Frank Sinatra y el color naranja, esa oculta persuasión. El Frank Sinatra pintor

Sí, Sinatra y el naranja, una oculta debilidad. Frank Sinatra amaba el color naranja hasta el punto de que, en una entrevista, lo calificó como el color más feliz. Sus suéters favoritos eran de color naranja. El pañuelo que llevaba en el bolsillo izquierdo de su esmóquin era de color naranja. Su corbata favorita tenía unas finas líneas naranjas. Decididamente, el color naranja era la persuasión oculta de Frank Sinatra.



Pero hay más. Todos sabemos y ha sido ya explicado en este blog, que Frank Sinatra no terminó muy bien sus relaciones con Mario Puzo y con Francis Ford Coppola ya que se negó en rotundo a dejar su nombre para que apareciera en la famosa saga literaria y cinematográfica de El Padrino. En su lugar el cantante Al Martino dio vida a Johnny Fontane que en la trilogía no fue más que un descafeinado Sinatra. La cuestión que planteo es la siguiente. ¿Será o no una venganza que Coppola pusiera en pantalla la imagen de una naranja cada vez que alguien iba a ser asesinado en sus películas? Probablemente, no tiene nada que ver pero la predilección de Frank Sinatra por el color naranja e incluso por la mencionada fruta, era de dominio público.
Lo que está comiendo Sinatra no es una naranja pero sí que es naranja su camisa.
Siempre que sale una naranja en la trilogía de "El Padrino" alguien va a morir.
Cuando Frank Sinatra tuvo pleno poder sobre las películas que rodaba siempre elegía una prenda naranja para su vestuario
Fotograma correspondiente a "Ocean's eleven" Frank luce un suéter naranja que también llevaría en otra película, la titulada "Come blow your horn"

Más desconocida es la faceta de Frank Sinatra como pintor. Siempre fue un gran aficionado a la pintura y admirador de los grandes artistas del siglo XX Aunque solía pintar en estilos diferentes parece como si el color naranja siempre estuviera presente, en el cabello de un típico clown:
En el tejadito de una casa de campo:
En varios tonos distintos en algunos de sus cuadros abstractos:
Esta es la obra titulada como uno de sus grandes éxitos "Come rain or come shine"
El caso es que Sinatra siempre veía el color naranja, lo resaltaba y se rodeaba de él. Viendo todas estas obras pictóricas del Sinatra más desconocido recuerdo aquella vieja canción que él mismo dedicaba a un pintor. De hecho, la canción comenzaba así: "Si una fotografía pinta miles de palabras, ¿por qué yo no puedo pintarte?" La canción es If



"If " Frank Sinatra - Japan, 1974 por Franklyjoy22

Esta entrada tan "Naranja" ha sido inspirada por Ana y Anabel del blog Aventarte y por esta entrada dedicada al color naranja  Ya lo dijo Sinatra: "Orange is the happiest color" Y para que nos quedase claro, pintó la frase con óleos en un lienzo

Y para terminar este Nice and easy con Frank Sinatra que luce un traje blanco y camiseta naranja, debajo.




Otra de las pinturas abstractas pintadas por Frank Sinatra

sábado, 5 de octubre de 2013

Frank Sinatra : A man and his music


En 1967 Frank Sinatra ganó el premio Grammy al álbum del año por su rabajo doble A man and his music, que contenía nuevas versiones de sus grandes clásicos como Come fly with me, All or nothing at all, All the way o I'll never smile again. El álbum fue grabado en 1965 y para promocionarlo Sinatra dio un concierto para televisión itulado precisamente A man and his music. Aún actualmente sigue siendo un programa para disfrutar con calma, sentado frente al televisor y a poder ser, con un buen sistema de audio. Ya vimos en este blog que el periodista Gay Talese narra en su famoso artículo que Frank Sinatra grabó las primeras canciones de este show televisivo estando resfriado y algunas de esas versiones quedaron para el programa definitivo. En cualquier caso, Sinatra se encuentra aquí en el mejor momento, vocalmente hablando. Disfrútenlo.

Esta entrada está dedicada a David del blog Safari nocturno

martes, 1 de octubre de 2013

Frank Sinatra, todo un "jazz man"

La eterna discusión entre los puristas del jazz sobre Frank Sinatra debate si realmente fue un hombre del jazz, como cantante, o solo un excelente vocalista, un intérprete de depurada técnica y estilo personal que elevó el jazz a la categoría de música popular, haciéndola asequible a todos los públicos y capaz de ser tarareada por un chaval de veinte años, mientras pasea por una estrecha calle de cualquier ciudad europea. En mi opinión Sinatra fue el mejor músico de jazz vocal junto a Ella Fitzgerald, entendiendo la voz como su instrumento, igual que la trompeta para Miles Davis, la guitarra para Django Reinhardt, el saxofón para Stan Getz o la batería para Gene Krupa. El jazz se basa en las variaciones sobre un mismo tema establecido, las improvisaciones, los giros y los cambios de ritmo. Todo esto, lo dominaba con la voz Frank Sinatra. No hablo de sus comienzos. Evidentemente, un músico comienza en cierta época y poco a poco, se va formando a sí mismo, creciendo hasta alcanzar un estilo propio. Y Frank lo hizo, convirtiéndose en algo nuevo, que nunca se había dado hasta su existencia. El jóven Franky comenzó como crooner, siguiendo la estela de Bing Crosby, iniciador de esta figura, cambiando y actualizando el estilo de Al Jolson. Los crooner eran los cantantes de las Big Band y tenían sus raíces en el Bel canto de la Ópera italiana. Quizá por esta razón, Sinatra supo sacar todo el partido a sus raíces italianas y renovar el estilo de Crosby, hasta adquirir una identidad propia y diferente al resto. Pero el tiempo fue avanzando y el estilo de Sinatra se fue despegando cada vez más de aquel crooner de los años cuarenta que enamoraba a las bobby soxers.
En la década de los cincuenta se juntó con los mejores músicos del momento (Nelson Riddle, Billy May...) y adquirió un sonido limpio, personal, nuevo y único en el panorama del swing. Más tarde, llegó su colaboración junto al pianista de jazz Count Basie (hablamos de los años sesenta) y también junto a Duke Ellington y otros músicos de renombre dentro del mundo del jazz, como Antonio Carlos Jobim. Definitivamente Frank Sinatra se había convertido y consolidado como un músico de jazz incomparable, cuyo instrumento era su voz. Ya nunca dejó ese estilo. Count Basie y su orquesta se convirtieron en compañeros inseparables y necesarios en el sonido de Sinatra. De hecho, cuando Count Basie se retiró, el cantante siguió con el mismo sonido, junto a Quincy Jones, músico que comenzó precisamente junto a Count Basie y que acompañaba ya a la orquesta en los conciertos con Sinatra.
Quincy Jones, Count Basie, Frank Sinatra

 En definitiva, Frank Sinatra fue un músico de jazz utilizando como instrumento su voz para dejar clásicos inolvidables como fueron sus populares Come fly with me, You make me feel so young, Pennies from heaven, I've got you under my skin o The lady is a tramp. Precisamente este último tema, compuesto en 1939 por Richard Rodgers para el musical Babes in arms, es uno de los buenos ejemplos en que podemos observar al Sinatra más jazzístico, por las variaciones que realiza en directo, sobre el mismo tema establecido. Nunca cantó de la misma manera una canción. Además de variar las notas y el ritmo, Frank también solía cambiar la letra, cada vez que la interpretaba. Este The lady is a tramp fue grabada en 1957 para la película Pal Joey. Probablemente es la canción con la que más se divierte Frank, en directo. Para muestra, un botón. Previamente, hemos escuchado la grabación original. Veamos ahora las versiones en directo:

Fue precisamente en 1957 cuando la Encyclopédie du Jazz lo incluye como uno de los pocos cantantes considerados propiamente "músico de jazz". Dejaré a continuación la imagen de la portada original de esa enciclopedia editada en París y el fragmento donde hablan de Sinatra. Recordemos que hablan del Sinatra conocido hasta 1957 Gracias a mi amigo Miquel Zueras por la información.

lunes, 23 de septiembre de 2013

September of my Sinatra

Frank Sinatra, principios de los cincuenta



Septiembre, otoño... El viento ya suena a Sinatra. Pero hoy no voy a traer una de esas baladas de la pérdida, el ocaso, el dorado de las hojas caídas. El tema con el que "recomienza" este blog (como renacen las cosas importantes en otoño, no en primavera) es una curiosa variación de trepidante swing, con arreglo del propio Frank Sinatra y de Nelson Riddle sobre el tema romántico The most beautiful girl in the world, compuesto en 1933 por Rodgers and Hart y llevada a la popularidad en 1953 por The Dorsey Brothers Orchestra.. Probablemente es la canción más rápida, rítmicamente hablando, que grabó Sinatra. Era el año 1966





Pero, para los que prefieran un otoño más tranquilo, rescataré este We'll be together again compuesta en 1945 por Carl T. Fischer y grabada por Frank Sinatra en 1956, de la que existe este video:

domingo, 12 de mayo de 2013

La revista Esquire repasa el lado oscuro de Frank Sinatra


La revista mensual Esquire vuelve a utilizar en su número de mayo la imagen de Frank Sinatra en su portada, bajo el título "Es el mundo de Frank, nosotros sólo vivimos en él", una de las célebres frases de su amigo y compañero Dean Martin. En su interior podemos encontrar un artículo del periodista Javier Márquez Sánchez que repasa los contactos de Frank Sinatra con la Mafia, durante toda su vida profesional.

Comienza el artículo con la anécdota de Frank Sinatra con Mario Puzo. De sobra es conocido el enfado del cantante con el autor de El Padrino por verse reflejado en su novela, con el personaje de Johnny Fontane. Parece ser que el personaje cinematográfico fue bastante más descafeinado ya que Puzo vio peligrar su vida, tras un altercado con Sinatra, en un restaurante. Javier Márquez desvela también la versión correcta (y a menudo mal interpretada) de cómo Sinatra consiguió el papel de Angelo Di Maggio en la película De aquí a la eternidad, personaje que le valdría el Oscar al mejor actor secundario y la resurrección de Frank Sinatra que, tras este éxito, ya no volvería a caer. En este artículo también se abordan los comienzos del delgado chico de Hoboken que, a mediados de los años treinta, apadrinaría Willie Moretti, abriéndole las puertas de todos los clubs nocturnos y proporcionándole la fama necesaria para, más tarde, llegar a la orquesta de Harry James y Tommy Dorsey, posteriormente.

Javier Márquez se detiene especialmente en el encuentro en Cuba entre Frank Sinatra y Lucky Luciano (abordado en este blog, aquí ) y en la relación con Sam Giancana y con los Kennedy (en este blog, aquí ), asi como las elecciones tras las cuales JFK sería presidente. Se aborda también su relación con otros tipos del hampa como Mickey Cohen, Carlo Gambino, Gregory de Palma, Richard Fusco (dueños estos tres últimos del Westchester Premier, donde actuarían Frank Sinatra y Dean Martin) pero, sobretodo, se llega a la conclusión de que Frank Sinatra, sí, coqueteó con la Mafia, con sus antiguos compañeros de juventud en el barrio de Hoboken. Pero la actitud de Frank Sinatra hacia la vida, su estilo, sus códigos de honor y su actitud rebelde ante las normas establecidas, hacían crecer esta imagen de capo que, sin duda, ha creado a su alrededor un aura de misterio y encanto, insólitas en otras figuras del espectáculo del siglo XX Por eso hizo del mundo, su propio mundo...y sus amigos, solo vivían en él. Gracias Javier Márquez por otro espléndido acercamiento a la figura de Frank Sinatra.

Y ahora ese video que nunca me canso de ver... Frank Sinatra canta The lady is a tramp, una vez más, a Rita Hayworth. Después de todo, Rita, siempre se mezcló con gángsters...


domingo, 7 de abril de 2013

Monstruo sagrado (Terenci Moix sobre Frank Sinatra)


Frank Sinatra era una de las figuras legendarias del "show-bussines". Durante muchos años soñó con igualar la categoría de Bing Crosby, el rey de la canción melódica para los norteamericanos. Indudablemente, Sinatra consiguió superar a su ídolo en el mercado internacional. Con una impresionante discografía a sus espaldas, es hoy un monstruo sagrado, cuya grandeza resulta incuestionable. Nadie osaría discutirle el sobrenombre de "The voice"; ndie puede disputarle su cetro, que mantiene seguro a título vitalicio. Sus distintos amoríos con algunas de las damas más famosas de Hollywood de la edad dorada, y muy especialmente sus siempre turbulentas relaciones con la impar Ava Gardner, le convirtieron en uno de los personajes más agradecidos a la noticia espectacular. Sus presuntas relaciones con la Mafia y sus intervenciones, a menudo oscuras, en una larga lista de importantes negocios secundarios, le granjearon una reputación a veces dudosa, quer algunos biógrafos han pretendido desvelar, sin su consentimiento. Su imagen de hombre poderoso se completa en los años sesenta con la creación de lo que fue llamado "el clan Sinatra", de múltiples ramificaciones en el mundo de la industria discográfica y cinematográfica y que acabó por extenderse al terreno político gracas al matrimonio de uno de sus miembros -el actor Peter Lawford- conuna de las Kennedy. (Otros de los componentes destacados del famoso clan fueron el cantante Sammy Davis Jr. y el actor-cantante Dean Martin. Entre las mujeres se habló de las actrices Angie Dickinson y Shirley MacLaine)

Frank Sinatra y Angie Dickinson
  

Cuando apareció por primera vez en la pantalla, ya era una figura inmensamente popular entre la juventud norteamericana. Las "bobby soxers" le habían convertido en una especie de joven dios y sus conciertos públicos eran acogidos con desmayos, llantos y gritos de histeria (todo esto, quince años antes del fenómeno Elvis Presley)

Debutó en el cine todavía como miembro de la orquesta de Tommy Dorsey, en un título modesto, típico de las necesidades de la época: "Las Vegas nights" (1941), de Ralph Murphy. Siguieron filmes de corte parecido. La suerte del joven vocalista cambió radicalmente cuando la todopoderos M.G.M. se percató de su potencial taquillero, incluyéndolo en uno de sus grandes musicales. Fue "Levando anclas" (1945) de George Sidney.


En 1949 llegó "Un día en Nueva York", la obra maestra cuyos aires innovadores marcarían la pauta del cine musical en los años siguientes.Kelly, Sinatra y Jules Munchin fueron los tres marineros que, durante un día de permiso, conocen a las señoritas Garrett, Vera Ellen y Ann Miller, con los explosivos resultados que todo el mundo recuerda.

Después, la fama cinematográfica de Sinatra fue languideciendo. La falta de contratos era una evidencia brutal. Fue entonces cuando puso los ojos en uno de los papeles del novelón de James Jones "De aquí a la eternidad", que la Columbia se disponía a llevar a la pantalla en 1953 bajo la dirección de Fred Zinneman. Por su creación del soldado Maggio, Sinatra recibió el Oscar de 1955 al mejor actor secundario. Paralelamente, una revisión de sus grandes éxitos musicales en la que a partir de entonces sería conocida como "la edición Capitol" le devolvió a la cúspide. Con esta edición Sinatra borraba de golpe su imagen de "crooner" juvenil para convertirse en figura de primera magnitud. Desde entones no dejaría de asombrar con su creciente madurez. El mismo fenómeno se produjo con su carrera cinematográfica.
Contrariamente a lo que sucedió con otras figuras de Hollywood, para quien el Oscar significó inexplicablemente el ostracismo posterior, para Sinatra resultó providencial a nivel de apreciación crítica. Así lo demostraron los elogios a su siguiente actuación en el "thriller" "Suddenly" (1954), donde era uno de los tres hombres que llegan a una pequeña ciudad -la del título- para asesinar al presidente de los Estados Unidos. La crítica resaltó la autoridad, el poderío y el dominio del nuevo Sinatra.

Respaldado por el prestigio recién adquirido, fue una de las varias estrellas del melodrama clínico "No serás un extraño" (1955), de Stanley Kramer. El título aludía al doctor demasiado humano y, por lo tanto, propenso al error. Una vez más la crítica se deshizo en elogios y hasta se dijo que robaba la película a intérpretes tan acreditados como Olivia de Havilland, Gloria Grahame y Charles Bickford.
Lee Marvin, Frank Sinatra y Robert Mitchum en "No serás un extraño"

Los años sesenta vieron la consagración del "clan Sinatra" en el mundo de la producción. "La cuadrilla de los once" ("Ocean's eleven". 1960) fue el título que inició el asalto y seguramente el mejor de la serie. Siguiendo las modas que dominaban la industria en los inciertos años sesenta, Sinatra se embarcó en distintos episodios bélicos o de simple acción, todos ellos de calidad y éxitos muy variables. Después del cine bélico, Sinatra encontró un nuevo filón en la resurrección de los viejos esquemas del cine negro con títulos como "Hampa dorada" (1967), "La mujer de cemento" (1968) y "El detective" (1968), las tres de Gordon Douglas. La trilogía contribuyó a fomentar una imagen de Sinatra más de acuerdo con los gustos de la nueva generación que, paralelamente, le estaba descubriendo en sus grabaciones clásicas o recientes y en sus escogidísimas presentaciones en público. En 1971, anunció su decisión de retirarse de la canción y del cine, aunque a finales de 1973 fue uno de los presentadores de la antología de musicales Metro "Érase una vez en Hollywood", de Jack Haley Jr.

En los últimos años fue creciendo su fama de "tycoon", que no benefició a su imagen pública. Acaso porque abarcó tantas parcelas del "show-bussines", su anecdotario es riquísimo y tan inagotable como su arte. Seguramente le definen mejor que nadie las palabras de Ava Gardner, la diosa que, a lo largo de los años, continuó siendo el gran amor de su vida. Al referirse a su tormentosa relación, escribe Miss Gardner: "Lo único que hice fue salir a escena... y decir: `Señoras y señores, yo no puedo hacer nada, pero sí puedo presentar a un hombre maravilloso. Yo también soy una gran fan suya. Mi marido, ¡Frank Sinatra!'... Entonces Frank cantó "The birth of the blues" y "The house I live in", y recibió una auténtica ovación. ¨´Este era el hombre al que yo amaba"


Este texto apareció el sábado 16 de mayo de 1998 en el diario ABC y es un acertado acercamiento a la figura de Frank Sinatra. Esta escrito por Terenci Moix.

Ahora les dejo con el concierto completo de Frank Sinatra en el Royal Albert Hall (1970)

domingo, 24 de febrero de 2013

A foggy day, in London town (electrizante versión de Frank Sinatra en Sidney, 1961)

Frank Sinatra, años sesenta
En Sidney, 1961 Frank Sinatra realiza una enérgica versión del tema de George Gershwin, A foggy day



A foggy day (letra de esta actuación)

Un día de niebla en la ciudad de Londres
me bajó la moral, me deprimió
Al ver cómo era la mañana
me alarmé.
El Museo Británico
había entristecido su encanto. 
Cuándo acabará esto, me pregunté...
pero la época de los milagros ya pasó.
De repente, te ví ahí
y en el nublado Londres
el sol volvió a brillar, brillar, brillar, brillar
por todas partes.

Un día de niebla en la ciudad de Londres
me bajó la moral y también me deprimió
Al ver cómo era la mañana
El Museo Británico
había perdido su encanto.
 Cuándo acabará esto, me pregunté...
pero la época de los milagros ya pasó.
Pero de repente, yo te vi justo ahí
y en el nublado Londres
el sol volvió a brillar
por todas partes.



 
 

lunes, 18 de febrero de 2013

Solo tengo ojos para ti (Frank Sinatra)



 I only have eyes for you (Traducción literal de esta actuación) 

 ¿Han salido las estrellas esta noche? 
No sé si está nublado o claro 
porque solo tengo ojos para ti, cariño 
La luna, quizá esté en lo alto. 
No puedo ver nada en el cielo. 
Yo solo tengo ojos para ti. 

No sé si estamos en un jardín 
o en una abarrotada avenida. 
Tú estás aquí, 
así que yo también. 
Puede que a nuestro alrededor haya millones de personas. 
Todos desaparecen de mi vista 
y yo solo tengo ojos para ti. 

Ohhhh...yo no sé si estamos en un jardín 
o en una abarrotada avenida 
porque tú estás justo aquí 
y aquí estoy yo. 
Puede que nos rodeen millones de personas 
pero todos ellos desaparecen de mi vista 
y yo solo tengo ojos 
para ti. 

Arreglo musical: Count Basie

Orquesta dirigida por Quincy Jones

Fotografía de Ava Gardner y Frank Sinatra tomada del blog: Vivendo a su manera

lunes, 28 de enero de 2013

Los cambios físicos de Frank Sinatra por Antonio Callau

Hacía mucho tiempo que, por varios motivos en los que predomina la falta de tiempo, no actualizaba el blog de Sinatra. Hoy vuelvo a este blog con una entrada en la que podremos repasar los cambios físicos que Frank Sinatra experimentó a lo largo de los años, con ayuda de los retratos de Antonio Callau y de diferentes temas musicales en sus diferentes épocas. Frank Sinatra no experimentó muchos cambios a lo largo de su carrera. La gran voz era un hombre delgado. Hasta el punto de ganarse las bromas, como ya pudimos comprobar en este blog, sobre esta extrema delgadez en dibujos animados y caricaturas de los Looney Tunes, en los que Frank caminaba por la calle y caía entre la separación de las baldosas de la acera. Además, a comienzos de la década de los cincuenta, gracias a la obsesión y su amor destructivo por Ava Gardner y también debido a su adicción a las pastillas tranquilizantes, Frank Sinatra llegó al extremo de su delgadez al pesar 45 kilos. Después de aquella mala época, perdió la voz durante unos meses y Frank perdió un poquito el norte con su estilo. Se dejó crecer un bigote al estilo francés y sus pajaritas parecían pasadas de moda cuando el rock and roll irrumpía en los escenarios de Norteamérica y Elvis lucía sus vaqueros. Pero pronto Frank recobró la compostura y volvió con un estilo que marcaría época. Trajes impolutos, sobreros ladeados y zapatos italianos brillantes deslumbraron a medio mundo marcando una tendencia que muchos intentaron imitar pero nadie consiguió igualar. Probablemente Dean Martin y Frank Sinatra fueron los mayores representantes de aquel estilo del swing de los años cincuenta y sesenta. Precisamente fue en la década de los sesenta cuando Sinatra comenzó a utilizar postizos para el cabello y el peluquín, en los setenta, fue una prenda habitual para él, siempre diseñado de su propio cabello por un peluquero italiano. La elegancia y su incomparable sonrisa acompañaron a Sinatra hasta el final de su carrera. En esta entrada repasaremos su aspecto con tres retratos y cuatro videos de diferentes épocas. 

Frank Sinatra en 1940 tenía 25 años. 
Retrato de Frank Sinatra (década de los 40) Autor: Antonio Callau
I couldn't sleep a wink last night (1943)

Frank Sinatra, década de los cincuenta, la década del swing:
Retrato de Frank Sinatra (Década de los 50) Autor: Antonio Callau
Lonesome road (1957)


En los sesenta llegó el color: I've got you under my skin 

Y en Ol'm blue eyes is back reafirmó su carrera... hasta el final
Retrato al óleo de Frank Sinatra (década de los setenta) Autor: Antonio Callau
Let me try again