A lo largo de los años cincuenta
Bing Crosby mantuvo su nivel aunque fueron las generaciones más sentimentales las que se interesaban por sus grabaciones, aquellas que añoraban épocas pasadas. Sin embargo,
Frank Sinatra, desde sus grabaciones en
Capitol Records, parecía interesar a todo tipo de público, desde esas generaciones más maduras hasta los que compraban los nuevos discos de
Elvis Presley. En la discográfica se hizo dueño y señor superando, incluso, al músico que hasta entonces la había representado,
Nat King Cole. Sin duda, no hubo posteriormente en la carrera de
Sinatra otra época comparable a esta, las grabaciones comprendidas entre los años 1953 y 1961, a excepción de los discos junto a
Count Basie, mediados los sesenta. Cuando se refiere a la época
Capitol de
Sinatra, se suele decir que "
Sinatra se hizo adulto igual que Estados Unidos"; lo cierto es que aquellas grabaciones suponen la mejor banda sonora para el país en aquellos momentos. A ritmo de ese swing adulto, llegamos a los nuevos aires de los sesenta. El mundo parece evolucionar a ritmo vertiginoso y
Sinatra se convierte, como uno de los personajes más relevantes del momento, en un testigo muy activo que influirá directamente en el inmediato desarrollo socio-politico de
Estados Unidos: 1960 :y la llegada de
JFK
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JKF y Sinatra |
Un helipuerto para el Presidente
Sin premeditación ni intención previa, el presidente de
Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, se convertirá en motivo de ruptura entre
Frank Sinatra y su amigo
Peter Lawford en el año 1962 y hará que el cantante sienta una extraña envidia de
Bing Croby aunque, ciertamente, pasajera. En febrero de 1962
JFK planea una visita a la Costa Oeste entre los días 24 y 26.
Frank Sinatra dio por hecho, a raíz de una breve conversación telefónica con la Casa Blanca, que su "amigo"
JFK se alojaría en su casa de
Palm Springs y para ello mandó construir dos casas adosadas a la suya para el servicio secreto, una reforma integral de la vivienda principal y hasta un helipuerto de cemento que nunca llegó a utilizar, pues no había solicitado ningún permiso para ello. Al mismo tiempo, la cruzada emprendida por
Robert Kennedy contra el mundo del hampa culmina con un informe del Departamento de Justicia que afirma lo siguiente: "
Sinatra ha tenido un larga y amplia relación con matones y mafioso que parece proseguir. Ocasionalmente la naturaleza del trabajo de Sinatra puede ponerle en contacto con personajes del hampa, pero eso no justifica su amistad y/o relación financiera con gente como Joe y Rocco Fischetti, primos de Al Capone; Paul Emilio D'Amato, John Formosa y Sam Giancana, todos los cuales figuran en nuestra lista de mafiosos. Ningún otro artista es nombrado con tanta frecuencia entre los mafiosos. La información que disponemos indica no solo que Sinatra está relacionado con los mafiosos, sino que suele mantenerse en contacto. Ello sugiera una posible coincidencia de intereses entre Sinatra y los mafiosos en Illinois, Indiana, Nueva Jersey, Florida y Nevada". Sin querer, el Departamento de Justicia sitúa en el punto de mira la relación de
Sinatra con
Giancana , olvidando o pasando por alto que, precisamente es esa relación la que ayudó a que
JFK ganara las elecciones. Y no solo esto. El 27 de febrero de 1962 agentes del FBI informaron a
J. Edgar Hoover de las relaciones sexuales que el Presidente
JFK había mantenido y seguía manteniendo con
Judith Campbell Exner, amante de
Sam Giancana. Atando cabos,
Hoover advirtió que la actuación de
Sinatra en este aspecto rozaba el proxenetismo, habiendo presentado a este insólito trío. Poco le importó a
Hoover o al
FBI que
Sinatra actuara de la misma manera en referencia a la relación entre
Marilyn Monroe y
JFK. En tales circunstancias, ante los informes del FBI y del Departamento de Justicia,
Bobby Kennedy ya tenía lo que buscaba: la cabeza de
Sinatra. Cuando comentó a su hermano el contenido de los documentos aconsejó que, en lugar de alojarse en casa de
Frank Sinatra, lo hiciera en la de
Bing Crosby. Y el "mensajero del miedo" que eligió
Robert Kennedy, en este caso, fue
Peter Lawford.
Lawford conocía bien a
Sinatra y suponía que la reacción del cantante ante tal noticia sería devastadora. De hecho, ya le había retirado el saludo en una ocasión cuando, a partir de un titular malintencionado de prensa rosa, intuyó un lío entre él y su ex esposa
Ava Gadner. Además,
Frank ya andaba cabreado con
Bobby por los informes del Departamento de Defensa y del FBI. Así que
Peter Lawford explicó al cantante que el Presidente se alojaría en casa de
Bing Crosby ya que ésta ofrecía mayores garantías de seguridad al situarse tras una montaña.
Sinatra no podía creerlo. Tras aquella desorbitada reforma de la casa,
JFK lo dejaba plantado...¡y por un republicano!. Lógicamente, él sabía que todo aquello de las razones de seguridad eran una patraña y que la auténtica razón era su relación con
Sam Giancana. Aún así, echó de su casa y de su vida a
Peter Lawford en aquel mismo instante y la relación con los
Kennedy también quedó finiquitada. Después de todo,
Sinatra pensó que tanto
Lawford como los
Kennedy eran unos traidores. Curiosamente, el incidente repercutió de manera positiva en la relación profesional entre
Sinatra y
Crosby.
Peter Lawford fue desterrado del universo
Sinatra. Ya no participaría en las dos siguiente producciones cinematográficas del
Rat Pack y concretamente en
Robin and the 7 Hoods, su lugar fue ocupado por
Bing Crosby.
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Año 1964 Frank Sinatra y Bing Crosby graban juntos para la banda sonora de Robin and the 7 hoods. En aquel mismo año también colaboraron para el LP America, I hear you singing. Más tarde, en 1968 Frank Sinatra invitó a Crosby a participar en su álbum The Sinatra Christmas album donde comparten dos duetos. |
Trayectoria final de Bing Crosby
A partir de entonces, fue más habitual la colaboración profesional entre ambos. La admiración mutua persistió a lo largo de los años, así como la cordialidad en sus encuentros, siendo el "asunto JFK" un mera anécdota. La carrera cinematográfica de
Crosby a partir de la década de los sesenta pasó a ser un hecho puramente circunstancial. De hecho,
Robin and the 7 Hoods (1964) es la última producción importante en la que participa. A partir de entonces aparece en algunas series y en dos largometrajes para televisión. En cuanto a su carrera musical, resulta necesario destacar el LP
Bing & Satchmo grabado en
1960 con arreglos de
Billy May. En esta nueva colaboración junto a
Louis Armstrong revive nuevamente el mejor
Bing Crosby, con una insólita comunión entre jazz y dixie. Las grabaciones registradas por
Crosby en los sesenta fueron impecables pero a nadie parecían interesar. Después de todo,
Sinatra eclipsó el territorio del swing.
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Bing & Satchmo (1960) |
Para
Sinatra la década de los sesenta representa la cima en su carrera discográfica creando su propio sello,
Reprise donde llegarán las colaboraciones con
Count Basie o
Duke Ellington y los primeros experimentos con músicas de nuevos compositores como
Antonio Carlos Jobim, Paul Anka, George Harrison, Don Costa, Paul Simon, Jacques Brel o
Rod McKuen. También son los sesenta la década del imperio
Sinatra en
Las Vegas, de las fiestas salvajes con el
Rat Pack y de sus incursiones en el cine negro, con las películas en las que encarna al detective
Tony Rome.
Una vieja magia negra tuvo
Sinatra para reinventarse, adaptarse y mantenerse en la cima hasta el final de su carrera, mucho más longeva, por cierto, que la de
Bing Crosby que murió en
Alcobendas (Madrid) en 1977 a los 73 años, por un infarto de miocardio mientras practicaba su afición favorita, el golf.
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Fotografía de Bing Crosby jugando en La Moraleja (Madrid) poco antes de su muerte |
Pero es preciso tener en cuenta que el legado de
Bing Crosby influye directamente en la evolución musical del siglo XX, en la evolución del cantante como solista. Tras su muerte, apareció un LP póstumo grabado, precisamente, en 1977 y titulado
Seasons. Una auténtica delicia que, salvando las distancias, podría compararse al
September of my years de
Sinatra. Se publicó el LP como homenaje añadiendo en su contraportada frases y declaraciones de sus amigos tras su muerte. Esto es lo que dijo
Frank Sinatra: "La muerte de Bing es algo que no puedo superar. Fue el padre de mi carrera, el ídolo de mi juventud y un afectuoso amigo en mi madurez. Su ocultación deja un profundo vacío en nuestra música y en las vidas de quienes lo conocimos y lo quisimos. Y esto es todo lo que puedo decir. Gracias a Dios tenemos sus películas y sus discos recordándonos su calidez y su talento para siempre".
Para despedirnos y recordando la buena amistad que unió a
Frank Sinatra y a
Bing Crosby, huyendo de las rivalidades y los alojamientos presidenciales, recuperamos esta escena de
Robin and the 7 Hoods donde también aparece
Dean Martin, otro cantante que, por cierto, reconoce la honda influencia que sobre él ejerció
Bing Crosby, sobretodo, en la manera de interpretar una balada (según dijo):