La década de los cuarenta, una época en la que Frank Sinatra viajaba en trenes hacia los conciertos junto a la banda de Harry James o Tommy Dorsey y más tarde, en solitario. |
¿Por qué Frank Sinatra sonaba distinto cantando las mismas canciones que elegían otros cantantes de la época? Esta sencilla pregunta es la que todo el panorama musical de la década de los cuarenta se hacía continuamente, al escucharlo en la radio, en un especial para televisión o en las pantallas de cine. El secreto estaba en el particular sentido del tempo que Sinatra ejecutaba en todas sus canciones. Manejar el ritmo de la canción, hacerlo suyo y entrar con su voz justo en el momento adecuado fue el gran hallazgo de este cantante que deslumbró en la década de los cuarenta para consagrarse más tarde y perfeccionando la misma fórmula, como una de las voces más importantes del siglo XX Frank Sinatra aprendió a manejar el tiempo de la canción con una de las bandas más perfectas de la época, la Big Band de Tommy Dorsey y del estilo que su director ehectuaba en su trombón. Pero Franky pronto quiso volar sólo, dejó la banda y como cantante solista se unió al arreglista Axel Stordahl. A mediados de los cuarenta Frank perfeccionó más su técnica, algo que se hizo más notable en las canciones de ritmo swing que reconvirtió a su manera. Frank Sinatra brilló especialmente y durante toda su carrera en esas canciones que estaban situadas a medio camino entre el swing y la balada, un ritmo relajado donde dominaba la situación y cuya máxima expresión podemos escuchar en el éxito de 1961 Nice and easy. Pero en sus primeros coqueteos que Frank tuvo con el swing, en la década de los cuarenta, ya podemos apreciar esa intención y ese particular sentido del tempo que Franky quería imprimir como sello propio en todas sus canciones. Así, en la película Step lively de 1944, Frank Sinatra graba Come out, come out, wherever you are. Esta sencilla canción compuesta para la ocasión por Sammy Cahn y Jule Styne no pasaría de ser una canción más al estilo de los cuarenta si no fuera porque la canta Frank Sinatra. Y en ella ya podemos encontrar "ese juego" que Frank juega con el ritmo, con la orquesta, con la letra y la melodía, ese sello que, realmente, fue el secreto de este cantante durante toda su carrera.
Come out, come out, wherever you are (Frank Sinatra 1944)
Sin embargo, la grabación del estudio tiene un ritmo algo más rápido que la que hemos visto en el video. Estudios de Nueva York, 17 de mayo de 1944, con la orquesta de Axel Stordahl:
"La Voz" y "El Ritmo" podríamos decir ¿no? La escena es muy curiosa con ese grupo de chicas moviéndose ligeramente al fondo.
ResponderEliminarUn abrazo!
Me encanta la cara de la chica en cuanto empieza a cantar. Enamorada en la primera nota.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué cierto es todo lo que dices aquí, Marcos, y qué bien se aprecia en estas dos versiones del mismo tema. El swing de Frank Sinatra es único porque lo controlaba como nadie, mejor incluso que Dean Martin, Sammy Davis o incluso Bing Crosby, y mira que estos tres tampoco se quedaban atrás. Pero en Sinatra es distinto, es un control absoluto de su voz, de cómo va a cantar la siguiente frase, subiendo o bajando el tono de manera (aparentemente) improvisada y quedándole encima perfecto... Y ese ritmo, ese especial ritmo al cantar haciéndose un todo con la orquesta, con la música y con las palabras que va acariciando le ha hecho, como bien dices, distinto a todos. Probablemente sea por esto del swing por lo que Sinatra es mi favorito de toda esta banda que me chifla tanto.
ResponderEliminarGenial entrada, Marcos, muy, muy acertada. Besos.
Sí que es curioso, sí. Lo cierto es que en esta película lo único bueno es Frank. Un abrazo Ethan.
ResponderEliminarAhí, ahí... es cierto Gárgola jeje. Un abrazo.
No se quedaban atrás pero respecto a estos tres que nombras aquí Frank fue un innovador. Sobretodo, respecto a Bing. Se podría decir que Dino y Sammy "bebían" de Sinatra. Me alegroq ue hayas disfrtuado Clementine. Mil besos.
El swing es tan importante en Sinatra como en la prosa de Cortázar: es un ritmo que te atrapa y no te suelta. Cómo me gustó siempre este Sinatra delgaducho, de pómulos salientes y pelo abundante y repeinado. Y cómo me ha gustado desde hace tanto tu manera de acercarnos a este genio de la música. Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente comparación, Juan. Hay algo en el Sinatra de los cuarenta que después se perdió, cierto "encanto italiano"... Me alegra que disfrutes en este rincón, me alegra mucho. Un abrazo.
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