Frank Sinatra & Dean Martin circa 1975 |
Sinatra y la Mafia: otro capítulo más
No fueron pocos los shows que compartieron estos dos amigos, Dean Martin y Frank Sinatra, trabajando, mano a mano, en estudios de grabación, en películas y por supuesto, en míticos conciertos alrededor de Estados Unidos. Los fragmentos que traemos hoy aquí pertenecen a un concierto nunca televisado, en el Westchester Theatre de Nueva York, en 1977
No fueron pocos los shows que compartieron estos dos amigos, Dean Martin y Frank Sinatra, trabajando, mano a mano, en estudios de grabación, en películas y por supuesto, en míticos conciertos alrededor de Estados Unidos. Los fragmentos que traemos hoy aquí pertenecen a un concierto nunca televisado, en el Westchester Theatre de Nueva York, en 1977
Como ya hemos dicho en numerosas ocasiones, la elección de compañías no era una cualidad de la que Frank Sinatra pudiera presumir. Más bien, todo lo contrario. Erraba a la hora de mantener la distancia precisa con algunas amistades peligrosas cuyos orígenes hay que buscar en su juventud: amistades familiares, de barrio, de aluvión, procedentes de una hastiada comunidad marginada en little Italy. Una de esas amistades (probablemente Joe Fischetti, vecino de Hoboken y cuñado de Al Capone) le llevó hasta Carlo Gambino, capo huído de Italia, escapando de la represión de Benito Mussolini, que recaló en Estados Unidos y formó una importante red de tráfico de alcohol y armas donde no había lugar para el narcotráfico pero sí para los asesinatos. La familia Gambino liderada por Carlo, lo controlaba todo en Nueva York. Uno de los esbirros de la familia Gambino fue Gregory DePalma, condenado por fraude y por infiltrar a un agente de la familia Gambino en el FBI. En la década de los setenta, DePalma construyó el teatro Westchester, en Tarrytown, NY. Una buena manera de limpiar su imagen, sin duda, era ofreciendo espectáculos de calidad incontestable para la sociedad norteamericana. Y como siempre, ahí aparece Frank Sinatra, que solía actuar, desde sus comienzos, en clubs nocturnos cuyos dueños no se caracterizaban precisamente por la buena reputación. Carlo Gambino, que conoció a Sinatra a través de Fischetti, propuso al cantante actuar en ese teatro nuevo y espléndido que un amigo suyo había abierto en la ciudad de Nueva York. El teatro Westchester de DePalma. ¿Cómo negarse? Y Sinatra no solo aceptó encantado sino que arrastró con él al bueno de Dean Martin que, dicho sea de paso, entre sus primeros trabajos de juventud se encontraba el de transportista de alcohol de contrabando durante la Ley Seca. Tampoco le resultaba novedoso al viejo Dino aliarse, de vez en cuando, con la mano negra. Pero Dean Martin, era más listo que Sinatra en este sentido. Por supuesto actuaba, como el que más y lo hacía genial. Si hacía falta, incluso, se quedaba a cenar o a beber pero, al cabo de dos o tres horas, era el primero en marcharse a casa o a cualquier tugurio a tomar un Dry Martini en soledad, con tal de no aguantar la fiesta de los mafiosos. Dean era un hombre solitario y esto le hizo salvar el pellejo en alguna ocasión. Al menos, nunca se dejó fotografiar con los mafiosos de turno. Caso contrario a Frank Sinatra que por esta fotografía que veremos a continuación, tuvo que dar numerosas explicaciones en su día.
Como siempre, de una historia oscura rescataremos la música, como aliciente más importante y al fin y al cabo, razón suficient epor la que debe ser recordado y de hecho es recordado, Frank Sinatra. En el siguiente pasaje veremos al cantante interpretando de una manera muy íntima y personal, el clásico My way. Quizá la versión más íntima que cantó, la más personal y en la que más se permitió jugar, tanto con la letra como con la melodía. Tras el buque insignia por excelencia del cantante, veremos un diálogo cómico entre Sinatra y Martin para acabar en un medley que tiene un broche de oro: When you're smilin'
Como siempre, de una historia oscura rescataremos la música, como aliciente más importante y al fin y al cabo, razón suficient epor la que debe ser recordado y de hecho es recordado, Frank Sinatra. En el siguiente pasaje veremos al cantante interpretando de una manera muy íntima y personal, el clásico My way. Quizá la versión más íntima que cantó, la más personal y en la que más se permitió jugar, tanto con la letra como con la melodía. Tras el buque insignia por excelencia del cantante, veremos un diálogo cómico entre Sinatra y Martin para acabar en un medley que tiene un broche de oro: When you're smilin'
Acto seguido y aunque lo hayamos dejado para el final veremos el comienzo del show. En esta primera media hora de concierto Dean Martin abre con When you're smilin' (en versión de Dino reconvertida en When you're drinkin'), para seguir con Pennies from heaven (reconvertido en Bourbon from heaven) Después Dino hace swing con Bad, bad Leroy Brown y tiene una muy divertida conversación con una espontánea del público. Después de este surrealista momento, Dean vuelve a cantar y lo hace con Welcome to my world (interrumpida levemente por comentarios de Sinatra, entre bambalinas) para seguir con sabor italiano, la romántica y elevada a mito por él mismo, That's amore y terminar su intervención. Al salir, Frank Sinatra presenta una explosiva For once in my life para seguir con un estreno, el de la balada I love my wife, dedicada a Barbara Sinatra que se encuentra entre el público. Acto seguido, Frank interpreta una insólita It was a very good year, cantando suavemente al otoño y al transcurrir ineludible del tiempo, de la vida. One for my baby, es la que cierra la actuación de Sinatra. Disfrutemos de este concierto casi inédito hasta ahora.
Hola,
ResponderEliminarA Frankie yo le perdono, casi, cualquier cosa.
Saludos y buen fin de semana.
Por supuesto. No deja de ser una anécdota. Gracias Lola. Saludos!
EliminarHey pallie, likes Marcos, 'nother terrific tribute to our Dino and his pallie Sinatra..specially loves the vids...a fantastic find! Know that you efforts have been shared this day with all the pallies gathered around ilovedinomartin.
ResponderEliminar