Frank Sinatra "cazado" saliendo al escenario, década de los sesenta |
Las hojas muertas (Les feuilles mortes) es una de las composiciones musicales más bellas del siglo XX, sin hacer distinciones entre géneros o estilos musicales a los que fue adaptada, aunque bien es cierto que el jazz le sentó como anillo al dedo. Canción francesa compuesta en 1945 por el franco-húngaro Joseph Kosma, con letra de Jacques Prévert. El cantante franco-italiano Yves Montand (nació en la Toscana italiana bajo el nombre de Ivo Livi, pero su familia emigró a Marsella cuando él era solo un niño) la estrenó en la película Les portes de la nuit (Marcel Carné 1946) y su versión quedó para la historia de la música.
El reputado compositor norteamericano Johnny Mercer fue el encargado de traducir el éxito francés a la lengua inglesa y creó el texto de la canción que tomaría el título de Autumn leaves, en un genial giro que significa, o bien El otoño se marcha o Las hojas de otoño. Desde luego, Las hojas muertas, en Francés, ya era un título contundente. Pero Autumn leaves capta perfectamente el sentido de la canción, lo que en este blog llamamos, su ambiente. Es otoño, final de otoño. Sentimiento de finitud, vanitas, todo acaba. Y el/la cantante, que va desgranando una letra poética y desgarradora, recuerda en esas hojas de otoño, los recuerdos que mueren y se van como ellas, los amantes pasajeros, el amor caduco. La primera cantante que la interpretó en Inglés fue Jo Stafford y muy temprano le siguió Bing Crosby con una gran versión. No pasaría mucho tiempo hasta que la interpretara Nat King Cole que, curiosamente, se atrevió a cantarla también en Japonés. Aquí. Tendremos que esperar al diez de abril de 1957 para que Frank Sinatra pusiera en el listón más alto el ya clásico de Kosma y Prévert. En este blog, vimos una versión algo desenfadada y cómica en la que Sinatra cantaba mientras Bob Hope simulaba tocar el piano y grandes hojas secas llovían desde el techo, cubriéndolos por completo y arrancando las risas del público. Aquí la podemos ver. Pero, verdaderamente, la Autumn leaves de Frank Sinatra no tiene nada de chiste. Es la versión más desgarradora y honda que existe de este tema, en Inglés. Sin lugar a dudas. Está grabada para el disco otoñal Where are you? y arreglada musicalmente con maestría por el músico Gordon Jenkins, experto en crear este tipo de atmósferas. Esta versión de Sinatra aporta el viento, siempre persistente, como un fondo bajo la voz. Escuchemos la canción aquí. Veamos. Todo comienza con las tubas y los fagots creando una atmósfera apagada, embotada, como de un cielo de atardecer rojizo, tras un día ventoso, como un manto de hojas secas cubriendo la senda del parque o del bosque. Estos vientos del comienzo nos preparan para el estallido de la cuerda en un sublime principio con harpa, ayudada también por suaves trombones, clarinete, oboe y de nuevo los fagot, que Gordon Jenkins utiliza para recibir la llegada de la voz de Sinatra diciendo "Las hojas cayendo..." Ya estamos en otoño. Es imposible otra estación. Ahora Jenkins crea un fondo que simula el viento persistente para la voz de Sinatra. Son clarinetes, haciendo las veces de una racha modearada pero insistente, imprescindible para mecer las hojas muertas de los árboles. "I see your lips...the summer kisses..." ("Veo tus labios...los besos de verano..."), vuelve a cobrar importancia la cuerda que decisivamente desarrolla un acompañamiento genial. "Since you went away..." ("Desde que te has marchado...") Comienza la parte central y traumática de la canción. Ahora se turnan la cuerda y el viento para crear una atmósfera confusa. Y poco a poco los instrumentos van decayendo para dirigirnos al final, donde prácticamente la voz de Sinatra, sola, sentencia "When autumn leaves start to fall" ("Cuando las hojas de otoño comienzan a caer") y terminan los violínes en lo que parece, casi, un llanto. Esta canción cantada por Sinatra la mejor definición del otoño que podemos encontrar.Y una predecesora de lo que posteriormente será el LP September of my years.
Y cómo no, la red de redes me sigue sorprendiendo gratamente cuando de Sinatra se trata. De nuevo acabo de encontrae un video que es muy poco visto, muy poco conocido y que demuestra que la atmósfera que Frank consigue con Autumn leaves, no solo obedece al buen hacer de los músicos y de los arreglos de Gordon Jenkins. Aquí lo veremos acompañado por tres músicos (Harry Klee a la flauta travesera, Bill Miller al piano, suavemente y Al Viola a la guitarra), en 1962, cantando el mismo tema y consiguiendo una atmósfera única. Es un video muy valioso, con buena calidad de audio pero no de video. Aún así, son poco más de dos minutos para disfrutar.
Traducción de la letra inglesa:
Las hojas que caen
a la deriva por la ventana
Las hojas de otoño
de rojo y dorado.
Veo tus labios
Los besos del verano
Las manos tostadas por el sol
que yo tomaba
Desde que te fuiste
los días han crecido alargándose
y pronto escucharé
la vieja canción de invierno
Pero te echo de menos, más que a nada
cariño
cuando las hojas de otoño
comienzan a caer.
¡Qué bien has logrado "pintar" el paisaje sonoro de "Autumm leaves", Marcos! Nos hemos sumergido en la atmósfera de la canción ya antes de escucharla. Pero aún me ha parecido más emocionante la versión del video de la "Gira por la Paz". Ese tratamiento intimista de la canción le sienta maravillosamente bien al tema, que Frank canta con profunda y serena emoción.
ResponderEliminarTe supongo enterado que Bob Dylan incluye este tema (junto con otros nueve) en su nuevo disco íntegramente dedicado a Sinatra. Es emocionante que el "genio de Minnessota", que ha conmovido a lo largo de su carrera todos los géneros de la música popular norteamericana, ponga cima a su muy larga trayectoria versioneando a Frank, rindiéndole un homenaje espléndido. Como él mismo ha declarado, Sinatra es la montaña que todo músico que se precie "ha de escalar". Me gusta esta metáfora: Sinatra, "la montaña mágica".
Gracias por esta deliciosa entrada, Marcos, y su abundante información.
Gracias José Antonio. Pronto reseñaremos ese disco de Dylan. Es cierto, siempre fue un admirador de Frank y en los últimos años de vida del cantante italoamericano, tuvieron una buena amistad. Cuentan que una noche en casa de Sinatra, en los noventa, Dylan se sentó al piano y Bruce Springsteen, Frank Sinatra y él se pusieron a cantar las viejas baladas nocturnas hasta altas horas de la madrugada. Hubiero pagado por estar allí. Muy bonita reflexión la de la montaña mágica. Genial. Abrazos.
EliminarHola Marcos, hoy me lo has puesto bien difícil al añadir la versión de Montand.
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Sí, es buena. Bueno, es la original y eso ya es suficiente. Pero hay que reconocer que, como siempre, Sinatra...¡buf! roza la excelencia, la hace suya. Gracias Lola por pasar.
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