Nunca fue un artista acomodado, Sinatra, quien siempre buscó la innovación, la renovación y fiel a su estilo, reinventó la fórmula, una y otra vez, adaptándose a las nuevas modas musicales, sonando fresco y actual en los años ochenta como en la década de los cincuenta. Era como si todas las décadas que vivió hubieran sido inventadas para él. Quizá por su condición de jugador en los casinos que visitaba, a Sinatra siempre le gustó arriesgar. También en su carrera musical. En la década de los cincuenta, con la compañía Capitol, fue el cantante que inventó los discos conceptuales (casi una década antes que los Beatles), el primero que los popularizó y los convirtió en un producto comercial. Los trabajos conceptuales son aquellos que guardan un mismo tono en todas sus canciones, un mismo estado de ánimo, identificados con un sentimiento igual desde la primera nota hasta la última. Brillaron entre ellos aquellos discos dedicados al blues, al desamor, al "último bar abierto"; songs for losers, las llamaba él; la soledad como leitmotiv: "Only the lonely", "In the wee small hours", "Where are you?", "No one cares", "Close to you" o "Point of no return". Heredero de estos trabajos es uno de los discos que más hemos referenciado en este blog que repasa la vida y la obra de Frank Sinatra. Uno de los LPs que, por insólito, se encuentra entre los más interesantes de su carrera, quizá al mismo nivel que "Watertown". Cada día es más apreciado por el público y en especial por los Sinatrólogos, este título sobre el que volvemos hoy: "A man alone". Recientemente en el blog del amigo Francisco Machuca, quien también ha aportado su colaboración a este espacio, apareció
este artículo obre el disco. El siguiente artículo apareció en el número de la revista de la
Asociación Aragonesa Amigos del Libro,"Barataria", que podemos descargar
aquí.
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Sinatra en 1969 |
UN HOMBRE SOLITARIO: EL SINATRA MÁS LITERARIO
En una de aquellas numerosas cenas compartidas en Las Vegas, Frank Sinatra y Marilyn Monroe, entre susurros, dedicaban el tiempo a la conversación más que a la comida o la bebida. Uno de los comensales que tuvo el privilegio de sentarse justo en frente de la pareja se levantó al excusado. La presencia de este comensal fue requerida en otra de las mesas del restaurante. “¡Qué suerte has tenido! Sentado justo en frente de Sinatra y Monroe. Lo debes pasar en grande” -le dijeron- “No creáis. Es un aburrimiento. Llevan toda la cena hablando de filosofía” -contestó el comensal- Sirva esta anécdota para aclarar que Sinatra no era solo un cantante excepcional y un buen actor. También fue un gran lector y al igual que Marilyn Monroe, consideraba necesaria la constante formación cultural, inaccesible en sus respectivas adolescencias, por diversas cuestiones. Era el año 1944 cuando el joven Frank Sinatra, hijo del llamado “Frente cultural”, declaraba ante la prensa estar sumergido en la obra de Karl Marx. La imagen proyectada para el gran público, tanto de Sinatra como de Marilyn, poco tenía que ver con la realidad.
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Marilyn Monroe observa a Sinatra que, seguramente, dirige su mirada azul a la actriz. Dean Martin aparece en la fotografía, en segundo plano, como un observador |
No formaba parte la poesía, sin embargo, de las lecturas preferidas por Sinatra. En diversas ocasiones declaró no entenderla sin música. Para Sinatra, un buen poema debía estar complementado por una adecuada banda sonora y ese texto, debía ser siempre cantado, idea que nos remite inevitablemente al origen griego clásico de la poesía y la música, cuando caminaban juntas, de la mano. Para el cantante, los poemas eran las letras de sus canciones y él, su mejor rapsoda. Porque Sinatra interiorizaba aquellas letras y las sentía como propias. Es por ello que, ante el micrófono, el italoamericano era cantante, pero también actor. Y probablemente, este fuera su secreto para transmitir, sinceramente, cada palabra. Algo insólito sucedió el año 1969 pues, el cantante, en su constante búsqueda de nuevos sonidos y nuevas músicas que actualizaran su repertorio, se encontró con el músico y poeta Rod McKuen, autor entre otras, de la imperecedera oda al paso del tiempo y los amores “Love’s been good to me”. McKuen, reconocido en el mundo de la música más como letrista que como compositor, propuso a Sinatra un proyecto novedoso, moderno y extraño. Un disco dedicado a la soledad y al desamor donde se sucedieran, de manera equitativa, las canciones y los poemas. Poemas estos, compuestos por McKuen, que serían recitados en el estudio por Sinatra. “A man alone” fue el brillante resultado de esta fructífera colaboración.
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En el estudio, Frank Sinatra y Rod McKuen. Curioso atuendo el que luce el cantante, seguramente, imbuido todavía por el estilo que había marcado su ya exesposa Mia Farrow, con un collar estilo hippie y un jersey bajo la americana. De hecho, en la fotografía, poeta y cantante parecen haber intercambiado estilos. |
Frank Sinatra, en un principio, recibió la idea de McKuen con reticencia pero, a medida que el proyecto tomaba forma, fue creyendo en él. Como se ha dicho anteriormente, el cantante buscaba nuevos sonidos, nuevas músicas. Acababa de grabar el LP “My way” y recientemente había prestado atención al “Something” de George Harrison o al “Ne me quitte pas” de Jacques Brel, que grabaría en aquel mismo 1969 La inclusión de Don Costa como arreglista de las canciones compuestas por Rod McKuen fue definitiva para que Sinatra diera un paso al frente. Era 19 de marzo de 1969 y el cantante registraba en los estudios Reprise la canción “Love’s been good to me” que, a partir de entonces, incorporaría habitualmente a sus conciertos. El resto de canciones del álbum fueron grabadas al día siguiente, reservando para el 21 de marzo el recitado de los poemas.
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Frank Sinatra y Don Costa en el estudio. La inclusión del arreglista en el álbum "A man alone" fue decisiva para que el cantante llevara a cabo el proyecto. |
“A man alone” está armado como una historia circular. Los recuerdos de un hombre maduro que repasa los avatares amorosos de su vida y las huellas irreparables que algunos de ellos dejaron, alimentando así una soledad completa pero habitada. Recuerdos-fantasma, no siempre silenciosos, que llenan esa habitación donde una voz herida nos cuenta su versión idealizada de lo sucedido. El leit motiv del LP es el single principal que da nombre al disco y que supone la canción de obertura: “A man alone”. Sigue a este tema, el poema “Night”, recitado dulcemente por Sinatra sobre una composición suave y nocturna de McKuen, adecuadamente arreglada por Costa. “He vivido todo tipo de noches, así que no debería temer a la oscuridad. Pero, por alguna razón, la noche me inquieta”, termina recitando Sinatra. El tercer tema del LP es un blues que respira madrugada y ciudad por sus cuatro costados y se titula “I’ve been to town”. La ciudad nocturna como ofrenda de posibilidades. Pero el final de la noche, el amanecer/principio, como la conclusión: nuevamente, la soledad. “He hecho cosas que nunca pensé hacer”, canta Sinatra. De nuevo acude la versión rapsoda del cantante para recitar “From promise to promise” sobre fondo de guitarra española, con una voz agotada, hastiada de esperar el eco/respuesta que no llega. Culminará esta cara A del LP con dos canciones, “The single man” y la deliciosa “The beautiful stragers”, canción esta última censurada por el franquismo, lo que supuso que el LP apareciera en España mermado, con una canción menos. “The beautiful strangers” está dedicada a los amantes desconocidos que deciden pasar una noche juntos, en una habitación de hotel, para no volver a encontrarse jamás. También comienza con dos canciones la cara B, en los temas “Lonesome cities” y el recordado “Love’s been good to me”, balada otoñal de carretera, de viaje, de recuerdos y huellas pasadas. Seguirá a esta, el poema “Empty is”, con un recitado grave de Sinatra que comienza desprovisto de música, remarcando así la sensación de vacío que ya adelanta el título. Cuando emerge la música, sin embargo, con unos incipientes violines in crescendo, Sinatra comienza a cantar la letra. Es esta la única ocasión en el disco donde se mezcla el poema recitado con la canción y por ello, resulta uno de los temas más interesantes e insólitos en la carrera del cantante. Continúa el repertorio con dos poemas, “Out beyond the window”, donde imaginamos al poeta/rapsoda asomado a una ventana para ver la vida pasar, y el maravilloso “Some traveling music”, con un fondo musical a ritmo de blues y un recitado de Sinatra sobre el replicante saxo alto que lleva la melodía compuesta por McKuen. Concluye este LP, cerrando el círculo con la repetición del estribillo de la canción inaugural, “A man alone”
En consecuencia, tenemos en el LP “A man alone” al Sinatra más literario que, por primera y única vez, recita ante un micrófono poemas escritos especialmente para él, como reconocería posteriormente en una entrevista el poeta Rod McKuen (“Primero fue la voz. Después, el poema” -diría-) Un disco único en su extensa discografía y por ello, de máximo interés. El cantante que vemos aquí es introspectivo y reflexivo, una versión de Sinatra muy desconocida para el gran público. Reforzando el carácter literario del LP, Rod McKuen incluiría en la contraportada de su primera edición un extensísimo poema dedicado a Frank Sinatra. Merece la pena su detenida revisión.
Love's been good to me:
FRANK SINATRA - Love's been good to me por samba56
Dejamos ahora con un conocido medley de un show televisivo grabado en 1969 En él, Sinatra incorpora el poema "Out beyond the window" y la canción "A man alone" a algunos temas clásicos: