Portada de un disco que reunía los primeros éxitos navideños de Sinatra, de la década de los cuarenta |
Puede que el siguiente texto sea demasiado personal pero así es, al fin y al cabo, la manera de sentir y recibir los días que se avecinan, unas fechas que parecen elegidas al azar en el deslavazado y loco ritmo del calendario; para algunos, solo un número, para otros, el solsticio de invierno, la Navidad para aquellos, el final del año para muchos (otro número más) y en mitad de esta manía que el ser humano tiene por clasificar y enumerarlo todo, la vorágine del consumo, cada vez más presente, cada vez más descarnada, en la sinrazón de la globalización. No es descabellado, entonces, acudir a la experiencia personal, a la interiorización, para explicarse uno mismo estas fechas. A menudo, una meditación que nos transportará a la tradición familiar y casi irremisiblemente, a la infancia. Aparecen, entre nuestros recuerdos, aquellas personas que ya no están con nosotros. Van desfilando ante nuestros ojos algunos sueños rotos de infancia o simplemente, aspectos del mundo que cambian o se esfuman cuando llega la mayoría de edad. Dijo Mel Tormé, "la Navidad es para los niños". Yo añadiría, para todo aquel que aún conserva un rastro de ilusión. No es extraño que muchas personas caigan en la tristeza durante estos días. Tampoco creo que esté fuera de lo normal, la sonrisa sincera y la ilusión de un niño, o de unos padres con ese niño. En cualquier caso y sea cual sea nuestra situación, siempre es conveniente añadir una banda sonora a estos días. A cada año que transcurre compruebo con más certeza que las canciones navideñas más bellas también son las más tristes. No creo necesario recordar el dramático momento de la película "Cita en St. Louise" cuando Judy Garland entra directamente en la Historia de la música interpretando "Have yourself a merry little Christmas" ante una niña llorosa. También la interpretación de "White Christmas" de Bing Crosby en la película homónima, es un canto a la paz en mitad del campo de batalla. Crosby canta para unos soldados que añoran el hogar, en medio de la guerra. La añoranza, sin duda, es el sentimiento más difundido en estas "Christmas songs" más populares que se alejan del sentido religioso de la Navidad para explorar en un drama más humano que, irónicamente, conduce a la deshumanización.
Bing Crosby y Frank Sinatra en un especial navideño para televisión |
Confieso que una de mis canciones favoritas para escuchar estos días es "I'll be home for Christmas" por Sinatra. Resulta paradójica la tristeza con la que el cantante interpreta este tema y choca antagónicamente con la esperanza que derrocha el título: "Estaré en casa por Navidad". ¿Por qué? ¿Es acaso una ilusión ese hogar? ¿Es más un deseo que una realidad? ¿Qué es el hogar? ¿Un lugar?, ¿una persona? Rápidamente se nos revela el sentido esencial de este tema. Canta Sinatra en el último verso: "Estaré en casa está Navidad, aunque sea solo en mis sueños". Es un "Only the lonely" navideño. Canta para aquellos que conocen el hogar pero es inaccesible. Cuántas personas, en la actualidad, carecen de hogar e incluso, terminan su búsqueda de manera trágica. ¿Estas fechas podrían despertar conciencias? Sería esta una buena meditación para pasar estas fechas que, contrariamente a lo que predican, están dedicadas al derroche y desprovistas de solidaridad.
Por supuesto, aunque en menor número, Sinatra también interpretó temas navideños de ambiente festivo como "Jingle bells", "Let it snow!" o "Santa Claus is comin' to town" y estrictamente religiosos, como "Silent night", "Ave Maria" o "Little town of Bethlehem" pero, en todo caso, brilló en los populares como "Whatever happened to Christmas", "Old fashioned Christmas", "The Christmas song", la mencionada "I'll be home for Christmas" o la legendaria "Have yourself a merry little Christmas". Otro ejemplo de canto a la añoranza. Uno de los versos de este clásico de Hugh Martin y Ralph Blane reza, como un deseo irrealizable: "Algún día, pronto, todos volveremos a estar juntos". En un especial televisivo navideño protagonizado por Dean Martin y Frank Sinatra, junto a sus respectivas familias, un 21 de diciembre de 1967, sonó así este tema:
Pasen estos días lo mejor posible