lunes, 27 de abril de 2015

Don Quijote y Frank Sinatra: El ingenioso hidalgo de Wisconsin, Orson Welles

Orson Welles y Frank Sinatra comparten estudio y grabación en la radio (década de los cuarenta)
Parece ser que el presente año 2015 es prolijo en aniversarios, centenarios y efemérides. Es el año en que se cumple el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes). Precisamente, también se cumple el centenario del nacimiento de Orson Welles, además del ya sobradamente anunciado en esta página, el centenario del nacimiento de Frank Sinatra. En este post, circunstancialmente, estos tres centenarios se van a unir irremediablemente y como veremos, razones no faltan para estar relacionados. Conocida y aludida en numerosas ocasiones ha sido comentada en este blog la buena relación entre Welles y Sinatra, a lo largo de sus respectivas carreras. Los dos habían nacido en 1915 (Welles el 6 de mayo, Sinatra el 12 de diciembre) Los dos fueron unos perfeccionistas en sus respectivos trabajos, si bien Orson rozaba la manía como todo buen artista que no puede contener su genialidad. Porque Orson Welles fue un genio, tanto en la radio, como en el teatro, como en el cine y por su lado, la genialidad del cantante era más una cualidad natural y residía en su voz.
Ya en la década de los cuarenta, sus respectivas carreras unieron caminos. Ese primer encuentro, como demuestran las fotografías que encabezan este post, fue radiofónico y propiciado por la cadena CBS. Welles había rodado ya su opera prima, Ciudadano Kane y encumbrado recibía a Sinatra, el cantante de moda. La relación nunca fue interrumpida ni asidua. Más bien, se alegraban cuando coincidían y solían hacerlo mucho más en las fiestas que en los lugares de trabajo. Se admiraban mutuamente. Ya recordábamos la canción que el cantante le dedicó al director en 1975, con motivo del homenaje del American Film Institute. Fue en esta entrada.
Orson Welles se acerca a saludar al matrimonio Sinatra o al matrimonio Gardner. Década de los cincuenta.
Fue a mitad de la década de los cincuenta, algunos señalan el año 1955, otros el 1956, cuando ocurrió el hecho que nos ha llevado a escribir este artículo. Frank Sinatra había dado con una fórmula genial para impulsar su show televisivo en la cadena ABC, incluyendo actuaciones culturales, incluso música clásica, ópera y cortometrajes de directores de cine famosos. La llegada del rock and roll había propiciado que la popularidad del cantante se resintiera y en consecuencia, el show de televisión que llevaba su nombre. Pero quizá la sociedad norteamericana no estaba preparada para ese giro cultural que proponía Sinatra y el programa desapareció definitvamente en 1958. Sinatra volvería a mitad de la década de los sesenta al mundo de la televisión, ya para quedarse definitivamente. Pero en aquella mitad de la década de los cincuenta, una de las primeras propuestas de Frank Sinatra como productor fue para Orson Welles. Recordemos que Sinatra fundó su propia productora, de nombre Reprise, en 1960 En la década de los cincuenta todavía no era común que ejerciera como productor. Así que suponemos esta propuesta a su amigo Welles, uno de sus inicios como productor.
Frank Sinatra admiraba a Orson Welles desde sus primeros programas radiofónicos. Con Ciudadano Kane conquistó Hollywood y tan solo cinco años más tarde, fue tachado de comunista y acabó en Europa. Probablemente, otro de los rasgos que le unían con Sinatra, la simpatía por el comunismo y la antipatía que ambos despertaron en el senador McCarthy. Así que no es extraño que, si el cantante necesitaba a un director, acudiera a Orson Welles. Otra afición que unía al cantante y al director era la afición por la gran Literatura y el Teatro. Contrariamente a lo que pueda parecer, Frank Sinatra fue un gran lector y al igual que su amiga Marilyn Monroe, conocía sobradamente a los grandes clásicos. Si bien el sueño imposible de Orson Welles a lo largo de su carrera, fue terminar el rodaje de una versión cinematográfica de Don Quijote, sería su amigo Frank el primero en proponérselo. Frank Sinatra estaba dispuesto a producir una versión corta de la obra de Cervantes que Orson Welles tendría que dirigir para el show televisivo del cantante. La idea era introducir en su show de televisión un cortometraje de unos veinte minutos aludiendo a algunos pasajes de la novela y el cantante quería que el papel de Don Quijote recayera sobre Charlton Heston, actor que curiosamente estaba a punto de recomendar a Welles como director de Sed de mal (1958) Aprovechando que el director de cine se encontraba en Nueva York montando la obra El rey Lear, el cantante cierra el negocio y le paga 25000 dólares para llevar a cabo un corto sobre Don Quijote. Ya, en el comienzo, Welles desecha a Heston para el papel principal. Piensa en el actor español, republicano y exiliado, Francisco Reiguera para ser el protagonista y en Akim Tamiroff, para el escudero Sancho. Se rodaría en México. Pero, como siempre contaba Welles al hablar del Quijote, "mi intención era hacer un relato corto y como le ocurrió a Cervantes, los personajes se apoderaron de mí" De modo que el presupuesto de Sinatra fue gastado en los primeros días de rodaje, ipso facto, aunque bien detallado, con cada gasto relacionado, razón que probablemente fue determinante a la hora de que el cantante nunca interpusiera una demanda judicial. Pero Welles necesitaba mucho más presupuesto. Hizo de Don Quijote un proyecto propio y vital.
Francisco Reiguera como Don Quijote, en una sala de cine.
Como todo buen genio, Orson Welles no paraba de producir, aunque desprovisto de cualquier organización. Acostumbraba a trabajar en cinco proyectos a la vez, lo que propiciaba que no terminara ninguno. Y esto es lo que ocurrió con su Don Quijote. Fue el proyecto de su vida y no logró darlo por terminado. El montaje que realizó Jesús Franco con el material que dejó Welles es más que discutible y no se puede considerar una obra del director norteamericano, de ninguna manera. Es lógico, por otra parte. Si consideramos que en una película finalizada, como Sed de mal, el montaje es siempre discutible y no puede considerarse obra de Welles, imaginemos qué puede suceder con las secuencias de una obra incompleta como su Quijote, que nunca llegó a ser película.
Sinatra y Welles en 1975
A pesar de esta cuestión económica de la producción que nunca llegaron a solucionar, Frank Sinatra y Orson Welles continuaron siendo amigos y respetándose durante el resto de sus vidas. Don Quijote quedó allí en la nebulosa, quizá donde le corresponde, como el sueño imposible del director. Probablemente por esta razón, el cantante plasmó la novela de Cervantes y la imposibilidad de trasladarla al cine, grabando el tema The impossible dream para su álbum That's life! (1966) Al menos, así la recordaba el cantante.


Para más información consultar Cervantes virtual_Juan Cobos
Gracias por los datos a Alfredo Moreno 

Todo quedó en un sueño imposible. Alonso Quijano lo hubiera querido así.